¿Alguna vez has oído eso de “más vale malo conocido que bueno por conocer”?
Siempre me planteé qué lógica tenía eso… Es algo así como: mejor te quedas dónde y cómo estás, a pesar de que ahí estés malhumorado, harto, aburrido…. En definitiva, no estás a gusto y no te representa. Y todo ello es preferible a exponerte a algo distinto y nuevo que te puede aportar salir de esa tediosa situación y te permite crecer.
Esto nos lleva a lo que en Psicología llamamos la ZONA DE CONFORT.
El Dr. Camilo Cruz nos lo transmite muy bien en la siguiente fábula de su libro “La Vaca”:
Un viejo maestro decidió visitar junto a su joven aprendiz la casa más pobre y destartalada de la aldea. Allí malvivía una familia muy humilde con una sola posesión, una vaca, cuya escasa leche les alimentaba malamente, pero les alimentaba al fin y al cabo. El padre, hospitalario, les invitó a pasar la noche junto a su familia. A la mañana siguiente, muy temprano, el maestro comentó a su discípulo: “Ha llegado la hora de la lección”. Y el maestro sacó un largo cuchillo y mató a la vaca. El joven se preguntó qué clase de lección le acababa de dar su maestro: ¿Dejar a una familia sin su sustento?…
Un año más tarde, el maestro junto a su discípulo volvieron a la aldea y donde se encontraba la casa destartalada de la familia, encontraron una casa grande y bastante lujosa. Vieron salir de ella al padre de la familia, que no sospechaba que el maestro y su discípulo fueron los responsables de la muerte de su pobre vaca. El padre les comentó que aquella vaca había sido el sustento de su familia, pero que cuando vieron la vaca muerta, fueron conscientes de que tenían un grave problema y que algo tenían que hacer.
El padre les comentó que adecentaron una parcela de terreno junto a su casa, compraron algunas semillas, sembraron patatas y algunas legumbres para alimentarse. Al poco, dijo, producíamos más de lo que necesitábamos para comer, y así empezamos a vender el excedente. Con el dinero que ganamos compramos una casa más grande y más terrenos para producir más y más alimentos…
Mientras el padre de familia seguía explicando cómo había cambiado su vida, el joven discípulo se dio cuenta de que aquella vaca había sido el motivo que mantenía a toda la familia atada a una vida de conformismo, mediocridad y de falsa seguridad.
Todos arrastramos diversas vacas a las que alimentamos y ponemos en ellas todas nuestras expectativas, lo que hace que también tengamos a algo a lo que culpar de nuestras desdichas. Además nos instala en esa zona de confort que indudablemente nos aporta estabilidad, rutina y elimina el riesgo, pero también los incentivos.
Compramos seguridad, pero perdemos la capacidad de desarrollar nuestro potencial y de gobernar nuestra propia vida. Salir de la zona de confort no implica necesariamente hacer un cambio radical en tu vida, no hay que mal interpretarlo pues no se está diciendo “Deja tu trabajo, tu casa, tu barrio, etc. Y si no lo haces te irá mal y serás desgraciado” ¡EN ABSOLUTO! Puede ser algo más sutil…
¿Qué cuáles son esas vacas? Desde personas, situaciones, pensamientos que no te permiten avanzar, excusas o justificaciones… quizá tantas como personas. Por lo que la pregunta sería ¿cuáles son TUS vacas?
El primer paso siempre será hacerse consciente de lo que nos está atando para luego poder plantearse cómo matar a la vaca. Y aquí entrará en juego el MIEDO, esa emoción que nos lleva al límite, haciendo que podamos llegar a no reconocernos. Tan irracional y tan dolorosa en ocasiones…
Próximamente hablaremos de ella y de cómo matar nuestras vacas. Mientras tanto os dejo identificándolas.
María me encanta tu nuevo blog, yo la verdad es que si que he dejado la zona de confort y sigo disfrutando de mi vida en otro país y mejorando día a día en mi profesionz pero mi lema este año es q si tus sueños no te dan miedo es que no son suficientemente grandes, así q estoy aprendiendo a vivir con algo de miedo pero a la vez super feliz. Un besazo guapa y espero seguirte en esta nueva iniciativa
Muchísimas gracias Isabel. Me alegra que salir de tu zona de confort te haya traído cosas buenas y que lo compartas aquí. Ese pequeño miedo es clave para ir avanzando y mejorando y como bien dices tiene que ser “algo” pues si fuera excesivo, es cuando nos paraliza. Te deseo lo mejor en tu nueva etapa fuera de la zona de confort. Un abrazo.